Con la llegada del invierno es necesario tener cuidados distintos e intensos con la piel, tanto o más que en el verano. La salud de la piel está continuamente siendo atacada por los factores climáticos y otros internos. La calefacción, el viento y la falta de humedad hacen que nuestra piel es vuelta tirante y reseca. En lugares con climas fríos se produce lo que comúnmente se llama "círculo de la piel seca", que es caracterizado por la pérdida de hidratación de la piel.
El frío hace que la humedad en el ambiente disminuya y con esto la barrera protectora que tiene nuestra piel se torna débil, comienza a perder proteínas y propiedades humectantes naturales, y así empezamos a sentirla seca. Esta es la razón por la que se produce el ciclo de deshidratación de la piel, ya que en un ambiente seco la piel no genera su humectación natural con rapidez.
La piel se ve afectada no solo por factores climáticos tales como el frío, viento, ambientes con calefacción muy secos, entre otros; sino que también por la ducha caliente, baños prolongados, jabones y detergentes. No debemos olvidar que también a partir de los 35 años la piel se ve afectada por la pérdida de Vitamina A, que también contribuye al "círculo de la piel seca".
Recuerda que la piel también sufre con el frío, sigue estos consejos y mantente saludable por dentro y fuera:
Para evitar que nuestra piel se torne seca y tirante debemos hidratarla, por ejemplo con el uso de crema corporal hidratante cuantas veces al día sea necesario. Conviene llevarla con nosotros siempre para poder aplicarla en cualquier momento.
Toma en cuenta que las duchas con agua caliente hacen que la grasa natural del rostro se elimine, además, traumatiza la piel y puede causar el rompimiento de vasos sanguíneos. Lo ideal es bañarse con agua tibia que ayudan a preservar la hidratación y la humedad.
Las prendas súper abrigadas resultan cómodas para cuidarnos del frío, pero la piel no lo siente así: la ropa pesada genera mucho calor y nos hace sudar haciendo que la piel se irrite. Trata de usar ropa de algodón y vestirte en capas, pero siempre evitando los cambios bruscos de temperatura y utilizar protección especialmente en las manos porque la piel de las manos es muy delicada y nos las lavamos mucho.
En climas fríos la sensación de hidratación baja, podemos combatirla ingiriendo dos litros de agua al día, sea en infusiones calientes, caldos o sopas.
Cuando mantenemos la calefacción muy elevada esta generan sustancia como anhídrido carbónico, compuestos orgánicos volátiles, en menor medida óxidos de nitrógeno y material particulado respirable que a su ves provocan la muerte de las células cutáneas y quita la humedad natural de la piel. Lo aconsejable es mantener la temperatura cerca de los 20 grados.
Come frutas frescas, si es posible con cáscara, ya que es ahí donde almacenan todas las vitaminas que te beneficiarán.
Ten siempre presente que estos cuidados son preventivos y la intención es que evites manifestaciones, como manchas, irritación, tirantes, dermatitis entre otras afecciones, pero si ya las posees es de vital importancia que mantengas los cuidados antes mencionados y además acudas a un profesional en busca de ayuda especializada.
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